Manos libres.
Prueba a dejar tus manos libres de todo, al menos unos minutos al día. Sin móvil, sin tecnología, sin libros, sin utensilios de cocina ni limpieza, sin nada. Tu manos libres de todo.
La vida no es hacer cosas todo el tiempo. Hay que vivirla. Hay que conectar con ella.
Estos consejos están teniendo éxito porque en realidad el mundo está realmente ocupado y necesita maneras más simples de hacer las cosas. Por eso conecta contigo. Y tú necesitas simplicarlo todo dejando las manos libres al menos unos minutos al día. Al menos antes de ir a dormir. Al menos antes de levantarte.
Por ejemplo dejando el móvil fuera del dormitorio y usando un despertador, para despertarte sin ponerte a mirar los mensajes con el móvil y conectar con lo importante.
Las manos libres para los abrazos, para los masajes y las caricias. Para los hijos, y para la pareja. Para tocar más a tus amigos cuando vienen a casa.
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Por ejemplo, dejando todo preparado para la cena, o cenando fuera cuando quedas con los amigos y conectar realmente.
Raquel Mary Stafford autora de «Hands free life» considera que saber estar con las manos libres es un estilo de vida. Que es algo que tiene la capacidad de transformar nuestra vida y hacerla más significativa.
Para conectar y simplificar hay que desconectar primero. Recuerdo que en el libro «El camino del artista» de Julia Cameron, hay un ejercicio durísimo para recuperar la creatividad. No leer, ni ver televisión, ni escuchar la radio durante una semana. Desconectar de todo lo que distrae para volver al enfoque. Yo lo hice y fue una explosión neuronal. Eso sí, te vuelve loca el primer día. Es duro huir del estímulo de la lectura, por ejemplo. Mi marido lo hizo y lo mismo y transformó su vida. Lo recomiendo siempre que alguien me dice que está bloqueado.
Dos libros de dos mujeres que cambiaron mi vida con una misma esencia: simplificar para conectar. En el primer caso, reconectar con el amor, con el sueño, el perdón, los abrazos y florecer. El segundo con la creatividad, la generación de contenido valioso y con Dios. Con el poder infinito creativo del universo como concepto de Dios, si lo prefieres.
La vida no va a durar siempre y hay que hacer que sea significativa.
Solo deja las manos libres unos minutos al día. Una hora al día. Un día a la semana o al mes, como los ayunos. No hagas más que amar, que abrazar, que sentir, que estar.
Es simple, ten las manos libres.