Tener una buena despensa da calidad de vida. De verdad que sí. Porque cuando tienes una buena despensa no tienes que salir frecuentemente a la compra pero puedes seguir comiendo sano.
Un congelador se convierte a menudo en un lugar imposible de ver ni organizar. Se repiten los recipientes de comida que te sobró y no volverás a comer. No pueden entrar cosas nuevas y realmente que nos solucionen la vida. Es una despensa fría y siniestra, desorganizada, y no orientada al placer.
Contenido sólo para alumn@s
Esta lección contiene material exclusivo que está restringido solo para nuestr@s alumn@s. Contiene más texto importante, vídeo, imágenes, audio o recursos hechos con mucho amor y trabajo para facilitaros el vuestro.
Pertenecer a nuestra comunidad te dará acceso a estos cursos y a nuestro grupo de Whatsapp de emprendedoras donde resolveremos tus dudas y te ayudaremos a llegar a donde te propongas.
Yo un día me cansé. Tiré las tantas comidas de sobras. Empecé de nuevo.
Aprendí a no hacer más comida de la que consumía. No me gusta cómo sabe la comida del congelador.
Lo dejé sólo para helados, croquetas, rollitos vietnamiendas, hielo y vasos congelados.
Y aprendí a conservar los alimentos en botes en el frigorífico, como los sofritos.
Ahorro mucho tiempo así y también dinero.
Simplemente, mi congelador era un acumulador de energía y dinero en mi vida.